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JUNIO DE 2020

Ya podemos decir, sin riesgo a equivocarnos, que nunca olvidaremos (o siempre recordaremos) el 2020 (al menos su primer semestre). Pasará a la historia por ser el año del teletrabajo, la videollamada, la imposible conciliación, la educación on line, de Zoom, Google Meet, Microsoft Teams... También de cómo nos reconocíamos a través de los ojos y codeabamos nuestras emociones y sentimientos. Será el año del miedo, la prudencia, la desesperación, la crisis económica y de cómo se coló en el ritual de la muerte, de forma abrupta, el coronavirus. El año de la distópica NUEVA REALIDAD donde ya se evidencia que nuestro hueco humano se estrecha en favor de la asepsia integral que permite una vida más higiénica y preventiva. Como si vivir fuera algo que tuviera algo que ver con la falta de riesgo y dolor. La muerte pertenece indisoluble a la vida. Prevenir una es matar a la otra. En fin, y mientras Oihala Zabaltzen se debate en su sempiterna disgregación. Quizás no haya más Oihala Zaba

12 de junio de 2020

Ya podemos decir, sin riesgo a equivocarnos, que nunca olvidaremos (o siempre recordaremos) el 2020 (al menos su primer semestre). Pasará a la historia por ser el año del teletrabajo, la videollamada, la imposible conciliación, la educación on line, de Zoom, Google Meet, Microsoft Teams... También de cómo nos reconocíamos a través de los ojos y codeabamos nuestras emociones y sentimientos. Será el año del miedo, la prudencia, la desesperación, la crisis económica y de cómo se coló en el ritual de la muerte, de forma abrupta, el coronavirus. El año de la distópica NUEVA REALIDAD donde ya se evidencia que nuestro hueco humano se estrecha en favor de la asepsia integral que permite una vida más higiénica y preventiva. Como si vivir fuera algo que tuviera algo que ver con la falta de riesgo y dolor. La muerte pertenece indisoluble a la vida. Prevenir una es matar a la otra. En fin, y mientras Oihala Zabaltzen se debate en su sempiterna disgregación. Quizás no haya más Oihala Zaba

PERFECTOS CONOCIDOS

Igual hay alguien pendiente... quizás... Igual te llega a ti, que es tu forma de comunicarte con nosotros. Y quizá yo, de repente me haya acordado de este blog. El pasado 23 de noviembre estrenamos, por fin, la maravillosa PERFECTOS DESCONOCIDOS. Lo hicimos en el teatro de Amurrio imbuidos en una sinérgica mezcla de responsabilidad, tensión y emoción. Treinta y pico años después seguimos teniendo los ojos llenos francos de incertidumbre y ternura. Otro pequeño gran milagro que se desata desde el aguacero de las  8:30 de un sábado de gloria que fue hasta un cerca de las 00:00 que desfondados llegamos a casa. Fuimos 20 personas. 15 actores y actrices. 5 personas del equipo técnico. Todos completamente imprescindibles. Yo me siento orgulloso de todos y cada uno de nosotros y de lo que coño hagamos que hace que estemos los que estamos haciendo lo que hacemos. Siendo quienes somos. La sensación es abrumadora en todos los sentidos: la obra salió muy bien. Todos, sin excepción, ac